¿Cuáles son los depredadores de los colibríes?
Se llama depredador a todo animal que captura y consume a otro, el cual recibe el nombre de presa. Existen animales que tienen una cantidad significativa de depredadores, y entre ellos se encuentran los colibríes. Pero, claro está, los animales que se aprovechan de ellos son diferentes según la especie y la zona geográfica en la que estas aves vivan.
Aves de presa, felinos, reptiles, mamíferos e incluso insectos son quienes tienen mayores posibilidades de atrapar a un colibrí, pero solamente hay uno que está especializado en su caza: Accipiter superciliosus fontanieri, una subespecie del azor de ceño amarillo (Accipiter superciliosus), que vive en América del Sur y que ha sido observado en veloz caza de colibríes.
Los adultos son menos vulnerables a los ataques y por lo tanto tienen pocos depredadores.
Más allá de esta especie, otras también pueden alimentarse de ellos. No obstante, es importante recalcar que los colibríes adultos son menos vulnerables a los ataques y por lo tanto tienen pocos depredadores, puesto que tienen la fuerza y la agilidad suficientes para librarse de un animal como el halcón. No es así con las crías o los individuos débiles o enfermos.
Para el colibrí de garganta roja (Archilochus colubris), es importante cuidarse las espaldas de aves de rapiña como el alcaudón americano y el gavilán americano. Por otra parte, el arrendajo azul no se come a las crías o adultos, pero es conocido por su hábito de depredar los nidos y comerse los huevos. El colibrí de Ana, otra especie conocida, parece tener más depredadores que su pariente: puede ser víctima del cernícalo americano, la chara californiana, el correcaminos grande y el cuitlacoche piquicurvo. Por otra parte, el colibrí rufo tiene a los esmerejones (especies de halcones), los búhos, las comadrejas y otros halcones pequeños como principales depredadores.
Los que viven o visitan Canadá disfrutan de una vida casi sin preocupaciones, puesto que los depredadores de la región no suelen estar interesados en ellos sino en otros animales más grandes y menos difíciles de capturar. Los gatos domésticos son importantes depredadores de los colibríes que se encuentran en los entornos urbanos. El colibrí de Juan Fernández (Sephanoides fernandensis) es una especie que vive en un archipiélago de Chile, en donde los ataques de gatos domésticos y ferales constituyen una amenaza importante.
Ranas y peces se atreven a atacarlos cuando acuden a un cuerpo de agua para darse un baño.
Los búhos pigmeos, murciélagos, tucanes, aves del género Icterus como las oropéndolas y serpientes también pueden aprovecharse de ellos, y gatos, ratones y comadrejas atracan los huevos de los nidos desprotegidos. Depredadores más raros son animales más pequeños como las ranas y los peces, que se atreven a atacarlos cuando acuden a un cuerpo de agua para darse un baño. A veces, las arañas atrapan algún colibrí desprevenido o que queda adherido a una telaraña cuando intenta usarla para construir su nido.
Pero tal vez el depredador más sorprendente sea la mantis religiosa, que si bien no tiene una dieta habitual en la que se incluyan los colibríes, sí puede capturar y comérselos. Para ello, la mantis se coloca muy quieta, normalmente en un comedero o camuflada entre las hojas de las plantas, y espera a que el ave esté lo suficientemente cerca para atacar por sorpresa. Y más raros aún son los ataques de abejas y avispas, que aunque no se los comen, sí introducen su aguijón, lo que a veces produce la muerte por acción del veneno.
Estrategias de defensa
Por lo regular, la caza de los colibríes sucede solo cuando un depredador ve una oportunidad de atraparlos. Esto significa que no suelen ir en busca de ellos, ya que son rápidos y pequeños. Por lo tanto, no ofrecen mucha carne para saciar el hambre de animales mucho más grandes que ellos.
El plumaje menos colorido les ayuda a camuflarse en su entorno.
Pero no siempre tienen suerte, y por eso se valen de algunas estrategias para reducir sus posibilidades de muerte. Son aves pequeñas pero muy ágiles, así que pocos animales pueden alcanzarlos. Ayuda mucho que prefieran alimentarse en flores y sitios altos lejos de lugares donde los carnívoros podrían esconderse. Las hembras suelen defender su nido ferozmente de los intrusos. Por ejemplo, el colibrí de Ana bate sus alas en la cabeza del enemigo y trata de hacerle daño para alejarlo.
Se piensa que el plumaje menos colorido de las hembras es una adaptación que les ayuda a camuflarse en su entorno y pasar desapercibidas ante los depredadores, especialmente cuando se encuentran incubando sus huevos.